13 de diciembre de 2011

Una confesión del muerto sin más

Una enfermedad, eso es tu recuerdo en mi cabeza
Un puto malestar con el que ya no puedo más
Y que le puedo hacer si me engañe y al mismo tiempo te fallé
Recuerdo con dolor lo que he hecho, y me pregunto si era justo tal despecho


Ya no le encuentro sentido a mi palabras, o mejor dicho sentido a mis macabras
No tiene sentido actuar, pero tampoco lo tiene esperar
Tengo que pasar sedado, drogado o en otro lado
No puedo vivir así, y sé que no lograré sobrevivir


La puerta de la libertad está cerrada para un muerto como yo
Lo único que me queda es terminar de luchar por algo poder salvar
Estoy seguro ya, que salve los recuerdos, los bonitos momentos
Pero perdí la mayor de las batallas por conseguir algo más de lo que realmente necesitaba


Busqué en el final lo que no encontré en el comienzo
Y fallé al darme cuenta que todo lo tenía sin siquiera saborearlo
Era un banquete de esos tan perfectos, de esos preparados para sentirme alabado
Era todo en esta vida, y lo arruine por caminar en busca de una falsa ida


Ahora miro mi cuerpo y tiemblo de miedo
Ojalá el tiempo retrocediera, ojalá de escoger la vida no me arrepintiera, pero lo hice...

2 comentarios:

  1. No vale de que arrepentirse si no se hace algo al respecto, siempre hay alternativas.

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  2. Siempre hay opciones y caminos, siempre los hay, si, eso no se puede negar, pero la diferencia es que no siempre hay formas de solucionar los problemas como te los propones. De todas formas tienes razón y te agradezco el comentario. A trabajar se ha dicho.

    Saludos!

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