Los días pasan y pasan
Sin saber que se pretende
Vivo y vivo sin conocer como es que se entiende
Cómo si fuera así la muerte un fulgor de cazas.
A cada minuto que transcurre
Soy yo mismo el que me engaño
Pensando en mi visión, es así que me la empaño
Egoísta y sincerado ni yo sé que es lo que ocurre.
Respiro el segundo de mi pensamiento
Aquel mismo putrefacto
Cansado de tanto acto
De la pureza en que yo miento
Es un instante perfecto
Callado y solitario
Aguantando el peso del pasado
El que todo arrastra en su viento
Cada día que pasa vuelvo a soñar con la misma oscuridad
Me revuelco en las noches desesperado por escapar
Envuelto en el miedo de no ser capaz
Desearía luchar contra mi propia frialdad.
Salgo herido de mis propias garras
Escapo aturdido por culpa de la locura que me recubre
Es la tumba de mi alma lúgubre
Encerrado en mi propia trampa entre oxidadas barras.
Ya no conozco otra pesadilla que no sea así
Ya no concilio el sueño en la fría oscuridad
Ya no logro recordar que significa el soñar
Ya no tiene sentido ocultarme de ti.
Cada vez que me toca aunque busque el calor toda mi piel se enfría
Y es que no soporto saber que cerraré los ojos para volver a ti
Soy adicto a la oscuridad por más que todo el dolor termine en mí
Y vuelvo a cerrar los ojos, vuelvo a soñar con la oscuridad, vuelvo a vivir esta soledad, vuelvo a sentir como desde lo más profundo me mira.
